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Contarex: la más avanzada SLR de su tiempo | Albed...

 dizi1580 2018-05-12

Ya a mediados de los años cincuenta del siglo pasado, en Zeiss Ikon habían llegado a dos conclusiones interrelacionadas: por un lado el éxito comercial de sus réflex monoculares “Contaflex” indicaba que la tendencia de los usuarios iría hacia las cámaras de ese tipo dotadas de pentaprisma incorporado –dejando a las excelentes telemétricas como sus Contax, en un mercado “nicho”– y por otro lado que esas Contaflex, con su obturador central y sistema óptico que hacía que –al cambiar objetivos– estos no fuesen sino complementos para el grupo de lentes que quedaba fijo tras ese obturador…ni era lo suficientemente profesional, ni daba el nivel suficiente a una firma como Zeiss Ikon. Al fin y al cabo, otras firmas consideradas menores tales como Kodak y Voigtländer ofrecían sistemas similares a los de las Contaflex, con opciones ópticas y de aplicación que se consideraban limitadas. Zeiss Ikon decidió diseñar una cámara superior, “la mejor SLR para 35 mm”. Y se llamaría Contarex, nombre derivado de las famosas Contax por un lado y de “Rex”, de “regio” por otro. Ni más, ni menos.

Una Contarex "Bullseye" modelo D por detrás de una Contax IIIa
Una Contarex “Bullseye” modelo D por detrás de una Contax IIIa.

Zeiss Ikon Contarex: sin límites

Bajo esas premisas, se animó a los ingenieros de la firma a que abordasen el desarrollo del nuevo sistema –no ya solo una cámara– sin ninguna restricción de costes ni tecnológica, y en este sentido, aunque no se frivolizaría con la complejidad, si fuese necesaria no se evitaría. Así, si la Contax I constaba de 500 piezas y la Contax IIIa de 600, la nueva Contarex, una vez finalizaba como modelo operativo, empleaba 1.100 piezas –creadas bajo tolerancias de 0,001mm– para las que se necesitaban aproximadamente 3.980 operaciones de mecanización.

Contarex en visión frontolateral izquierda
El muy especial fotómetro de selenio, acoplado con todos los ajustes de la cámara –sensibilidad de película, tiempo de obturación y abertura de diafragma– hizo que ese modelo fuese popularmente conocido como “Bullseye” u “Ojo de buey”.

Para el cálculo de esas piezas hicieron falta 450 planos –en tablero de diseño, sin ordenador– con 25.000 mediciones. La cámara, sin objetivo, pesa 916 gramos, y mide 153 mm (ancho) x 90 mm (alto) x 63 mm (fondo). Es, sin duda, un aparato fuera de lo común, tanto por la calidad sin concesiones de todos sus componentes, como por lo atrevido, avanzado, novedoso y exclusivo de sus soluciones en los años en que fue concebida. De la calidad de los objetivos Carl Zeiss, podríamos decir que aquellos diseños ópticos del entorno de 1960, se emplean ahora sobre las DSLR de alta resolución, solo añadiendo los “retoques” que permite el diseño por ordenador y algún que otro nuevo vidrio.

Zeiss Ikon Contarex: características clave

La primera unidad funcional de la Contarex se mostró en la quinta Photokina, la de 1958, pero la cámara no estuvo lista en los comercios hasta abril de 1960. Tras la lección aprendida con el avanzado pero complicado obturador planofocal de lamas metálicas y recorrido vertical de las Contax, para la Contarex los ingenieros se decantaron por un obturador planofocal de seda engomada, recorrido horizontal y control mecánico (electrónico en la Contarex Super Electronic). Los tiempos ofrecidos eran de 1/1.000s, 1/500s, 1/250s, 1/125s, 1/60s, 1/30s, 1/15s, 1/15s, 1/8s, 1/4s, 1/2s 1s, y “B”. El valor límite para sincronización de flash, era de 1/60s, lo más rápido en la época para esa clase de obturador de recorrido horizontal para fotograma 24×36 mm. De hecho, una Leica M4-P, sincronizaba el flash –27 años después– solo hasta 1/40s. Palanca de avance rápido –no botón giratorio– con espejo de retorno instantáneo, enfoque a plena abertura con cierre automático de diafragma a la abertura preseleccionada, etc., son funciones que nos parecen “trilladas” hoy día pero que no lo eran entonces… hace más de medio siglo. Pero la Contarex incorporaba desarrollos aún más importantes.

Zeiss Ikon Contarex “Bullseye”: mecánica, y más mecánica

La Contarex recibió el apelativo popular de Bullseye u “Ojo de buey”, y también “Cíclope”, debido a la particular estructura funcional y estética de su fotómetro de selenio, que no solo era incorporado, sino además, acoplado. de hecho, resulta casi imposible entender el concepto Contarex sin ese fotómetro, ya que una parte importante de los mandos de la cámara giran en torno a el. Vamos a verlo. Los objetivos –que son para discutir aparte– avanzaban tendencias del siglo XXI al no incorporar aro de ajuste de aberturas de diafragma. Estos ajustes se realizan desde el cuerpo de la cámara, mediante la bella rueda moleteada en cuña de la parte frontal derecha, donde en una Contax iría –aproximadamente– el mando para el enfoque: en Zeiss Ikon resultaba muy importante mantener esas “señales de identidad”.

Contarex, rueda de control
La rueda de control para los ajustes de diafragma y exposición: una pieza bella en si misma (*)

Volvamos sobre el fotómetro. Cada objetivo, al acoplarse sobre la bayoneta de la cámara introduce mecánicamente su abertura máxima al fotómetro. Esto no se hace de una manera tan tosca y visible como en el caso de las primeras Nikon F Photomic, Photomic T y Nikkormat (1962 / 1965), sino mediante una pequeña palanca casi invisible ubicada de forma muy discreta bajo “el ojo de buey”, Nikon haría algo parecido con su sistema “AI” para la montura (“Auto Indexing”), pero…21 años después, hacia 1981.

Palanca de indexación automática de la abertura máxima de cada objetivo.
Palanca de indexación automática de la abertura máxima de cada objetivo.

En la parte superior del ojo de buey, bajo una ventanilla curva, una escala móvil ofrece valores de f/1,4 a f/22. Pues bien, al girar la rueda moleteada antes mencionada, accionamos el mecanismo de diafragma del objetivo, y el valor ajustado aparece mecánicamente en la ventanilla antes mencionada del ojo de buey. Sinceramente: no podéis ni imaginar la pesadilla mecánica que significa transmitir esos movimientos de ajuste de la rueda al objetivo y a la escala de aberturas… ¡pero esperad, que no hemos terminado! Antes de realizar mediciones deberemos haber ajustado la sensibilidad de la película mediante el aro situado de forma concéntrica a la palanca de avance y por encima del dial de tiempos de obturación… con acoplamiento igualmente mecánico.

Diales combinados de ajuste de la sensibilidad (aquí 21 DIN / 100 ASA), y tiempo de obturación. Por encima, el cuentafotos y el disparador. La palanca de avance de la película y armado del obturador tiene una forma muy ergonómica
Diales combinados de ajuste de la sensibilidad (aquí 21 DIN / 100 ASA), y tiempo de obturación (aquí a 1/8s). Por encima, el cuentafotos y el disparador. La palanca de avance de la película y armado del obturador tiene una forma muy ergonómica.

Y…¿como sabemos cuál es el ajuste correcto de la exposición para el tiempo de obturación y la sensibilidad de película en uso? Pues… cuando al accionar la rueda que controla la abertura del diafragma llevamos “a cero” la aguja del galvanómetro, ¡también mecánicamente! Aún queda más, pero para daros un respiro y que no necesitéis a este paso ventilación mecánica asistida, os podemos decir que la escala de sensibilidades va de 5 ASA a 1.600 ASA, mucho más extensa que la gama ASA / DIN de emulsiones disponibles en la época.

Contarex: vista desde el punto de vista del usuario
Contarex: 1.100 piezas ensambladas con una estética única al servicio de soluciones únicas en la época, y todo ello con la máxima calidad técnica posible.

Pero nos queda un mecanismo más, acoplado a todos los movimientos antes mencionados, y es que el módulo de selenio de la Contarex Bullseye no es un módulo cualquiera, y para dotarle de una curva de respuesta adecuada, sin necesidad de doble escala de lectura para niveles altos y bajos de luz, incorpora dos ingeniosas soluciones, una óptica y otra… sí, mecánica. Si retiramos la cobertura frontal tras la que adivinamos una estructura en panal de abeja, no solo ganamos dos puntos de sensibilidad para mediciones en bajos niveles de luz, sino que al hacerlo nos encontraremos con una sorpresa: tras ese panel frontal, y por delante de la célula de selenio, hay un diafragma iris mecánico, que se abre y se cierra conforme actuamos sobre la rueda de manejo del diafragma iris de los objetivos: un sistema complejo, costoso, complicado…pero enormemente refinado para acoplar totalmente sensibilidad de película, tiempo de obturación y abertura de diafragma, con una respuesta del fotómetro pura y limpiamente proporcional. Gran parte de todos esas acciones mecánicas se realizan por medio de sirgas y poleas…¡imagínense!

Emulación del sistema de diafragmado del fotómetro de una Contarex
El muy elaborado sistema de diafragma iris del fotómetro de la Contareex “Bullseye”, que se mueve sincronizado con el de los objetivos, en este caso, desde f/22 hasta f/2, valores permitidos por el Carl Zeiss Planar 50 mm f/2 acoplado. Va protegido con una lámina de vidrio óptico.

A observar que si en el modelo segundo de la Contarex Bullseye (tercero tras la “Special), la Contarex D, se añadió un seguro que evitaba la liberación accidental y pérdida de esa lente frontal del fotómetro. Una auténtica lente de diseño muy refinado, que no solo generaba el ángulo de lectura deseado, sino que suavizaba la respuesta del sistema.

La ventanilla circular –a la derecha en la imagen– conduce la la luz para iluminar la imagen de galvanómetro del fotómetro, visible en el visor fuera del área del recuadro del fotograma
La ventanilla circular –a la derecha en la imagen– conduce la la luz para iluminar la imagen de galvanómetro del fotómetro, visible en el visor fuera del área del recuadro del fotograma.

¿Nos habíamos olvidado de la aguja indicadora? En cierta forma si, porque no habíamos mencionado que se puede observar a través del visor (a la derecha de la pantalla de enfoque) y también, para cuando usamos la cámara sobre trípode, en una ventanilla a la izquierda del pentaprisma. En la versión “D”, con la mejora de una “lente lupa”. La unidad que mostramos en este artículo es un modelo “D”.

Contarex: los objetivos

Desde un punto de vista conceptual, la Contarex debía constituir un Sistema –con mayúsculas– que diese soporte a todo accesorio que pudiese necesitar un profesional o científico y especialmente a los objetivos Carl Zeiss. En el momento de su presentación –tras los ya habituales y exasperantes “retrasos Zeiss”– se pudo disponer de 6 objetivos– y en el punto álgido del sistema, a primeros de los años setenta, nada más y nada menos que de 18. Los primeros objetivos fueron:

  • Carl Zeiss Biogon 21 mm f/4,5 – utilizable solo a espejo levantado y con visor óptico especial (*)
  • Carl Zeiss Distagon 35 mm f/4
  • Carl Zeiss Tessar 50 mm f/2,8 – presentado posteriormente junto con la Contarex Special (*)
  • Carl Zeiss Planar 50 mm f/2
  • Carl Zeiss Sonnar 85 mm f/2 (*)
  • Carl Zeiss Sonnar 135 mm f/4 (*)
  • Carl Zeiss Sonnar 250 mm f/4 (con diafragma de preselección)

(*) Diseños anteriores (Contax) adaptados

Bayoneta de la Contarex y Carl Zeiss Planar 50 mm f/2. Pulsando sobe la pestaña bajo el espejo se produce el cierre del mismo, a fin de poder acoplar el Carl Zeiss Biogon 21 mm f/4,5 no retrofoco
Bayoneta de la Contarex y Carl Zeiss Planar 50 mm f/2. Pulsando sobe la pestaña bajo el espejo se produce el cierre del mismo, a fin de poder acoplar el Carl Zeiss Biogon 21 mm f/4,5 no retrofoco.

A lo largo de los años sucesivos se llegaron a cubrir focales de los 16 mm (ojo de pez) a los 1.000 mm del catadióptrico Carl Zeiss Mirotar 1.000 mm f/5,6 y no faltaron los objetivos zoom tales como los Carl Zeiss Vario-Sonnar 40-120 mm f/2,8 y Vario-Sonnar 85-250 mm f/4, los Macro S-Planar 50 mm f/4 y Macro-Tessar 115 mm f/3,5 así como los macro Luminar para aplicaciones científicas en focales de 16 mm, 25 mm, 40 mm, 63 mm y 100 mm. Un objetivo mítico fue el Carl Zeiss Olympia Sonnar 180 mm f/2,8 presentado para la Photokina de 1966 y rediseñado a partir de la óptica de mismo nombre creada para las Contax y los juegos olímpicos de Berlín de 1936. Dotado de mandos concéntricos a 90º para enfoque rápido –el AF estaba muy lejano– es una de las ópticas más especiales para las Contarex, quizá con el desplazable 35 mm f/4 PA-Curtagon de Schneider-Kreuznach.

Sistema de acople con el diafragma para objetivos Contarex
Un sistema muy original y…exclusivo: el aro en forma de muelle de fleje gira para accionar el diafragma. Al acoplar el objetivo, la cámara “sabe encontrar” la muesca, “palpando” –se encuentre donde se encuentre– para acoplar con el mismo.

Los objetivos Carl Zeiss para Contarex acoplan sobre la  bayoneta de la cámara mediante un muy exclusivo sistema de control del diafragma: una muesca en un aro en acero flexible, tipo fleje es detectado por el sistema de la cámara se encuentre en la posición de ajuste de diafragma que se encuentre en el momento de acoplarlo, y encaja de forma limpia y segura con el mismo. El sistema –suponemos que –además protegido celosamente por patentes– era tan complicado y especial que ningún otro fabricante se atrevió a ofrecer objetivos para la Contarex. Pero además, le hubiese costado llegar a su altura. Los mecanismos de diafragma van montados sobe cojinetes a bolas (igual que algunos Angenieux de los años 90), y no hemos visto helicoidales de enfoque con precisión y suavidad equivalente…ni en Leica, y por si fuera poco, permiten –por lo general– distancias mínimas de enfoque muy favorables: por ejemplo 20 cm para el caso del Planar 50 mm f/2. Y para rematar, los acabados del barrilete en cromo satinado, son simplemente…únicos, sublimes. Más tarde, más a tono con las Contarex Super y Professional, se ofrecieron también –o exclusivamente, según focales– en acabado negro con el aro de enfoque cromado, muy bonitos también… pero no es lo mismo. A pesar de su complejidad, las Contarex sufrían de pocas averías, y en su caso eran reparables, a diferencias de cámaras como las Kodak Retina Réflex.

Contarex D: otros detalles

La Contarex seguía el sistema de carga de la película por dorso separable presente en las Contax y en las Contaflex, y para el rebobinado, uno de los pestillos de apertura del dorso, debe girarse hacia la “R”. De esa forma, no es necesario estar presionando un botón mientras le damos a la manivela de rebobinado, todo un avance frente al botón de las Contax. Sin embargo, a pesar de toda la gran modernidad de la Contarex en la época, el contador de fotos debía ponerse a cero a mano, y no era automático al abrir el dorso. La próxima semana en la segunda entrega acerca de esta impresionante cámara, en la que hablaremos en concreto de las experiencias de manejo de una Contax D, ofreceremos una poderosa razón para ello y así podremos extendernos sobre una de las particularidades más curiosas de este sistema de 35 mm…

Contarex: otros modelos

Aunque la Contarex “Bullseye”es quizá –por su estética y por ser la primera de la serie– la más representativa y carismática, hubo otros modelos notables en si:

Portada del manual de instrucciones de la bella Contarex Special
Portada del manual de instrucciones de la bella Contarex Special © Zeiss Ikon
  • Contarex Special (1960-1966): presentada aproximadamente un año después de la Bullseye, carece de fotómetro y en cambio lleva visores y pantallas de enfoque intercambiables. Pensada para aplicaciones científicas y para fotógrafos profesionales que veían con poca simpatía “la modernéz” esa de los fotómetros incorporados. Menos imponente que la Bullseye, pero –en nuestra opinión– mucho más bella.
  • Contarex D (1964) : una suerte de Bullseye mejorada, con pantallas de enfoque intercambiables por la montura para el objetivo, seguro para evitar la pérdida de la lente del fotómetro y la posibilidad de –antes de cargar la cámara– insertar a través de una ranura, una fina “tira de datos”, cuya información se superponía a cada fotograma, con la toma.
  • Contarex Super (1968-1972): con fotómetro CdS TTL incorporado, con opción de medición puntual (spot). Se añade cierre de espejo por palanca externa, y el cuerpo, rediseñado y más estilizado al no necesitar la protuberancia para el fotómetro de selenio, se ofrece ahora en cromo o en negro.
  • Contarex Professional (1967-1968): una Contarex Super sin fotómetro… y algo más económica
  • Contarex Super Electronic o “SE” (1970-1972): obturador de control electrónico y zócalo para interconexión con otros dispositivos de control, medición, etc. Los historiadores afirman que fue la primera SLR con obturación de control electrónico.
  • Contarex Hologon Ultrawide: (1970–1972): muchos no consideran esta cámara una auténtica “Contarex” por no ser réflex y la asimilan más a una de las cámaras Zeiss Ikon para aplicaciones científicas y especiales. Dotada del increíble y especial objetivo triplete Carl Zeiss Hologon 15 mm f/8 capaz de cubrir 110º sin apenas distorsión ni viñeteo. Si vemos el esquema óptico, podremos entender las razones por las que no disponía de iris variable…
    Contarex Hologon, con un mango para evitar riesgos de que salgan los nudillos de nuestras manos en las imágenes...
    Contarex Hologon, con un mango para evitar riesgos de que salgan los nudillos de nuestras manos en las imágenes… © Zeiss Ikon

    A la derecha, el increíble esquema óptico del Carl Zeiss Hologon 15 mm f/8
    A la derecha, el increíble esquema óptico del Carl Zeiss Hologon 15 mm f/8: no hay lugar para un diafragma iris.

La Contarex y Zeiss Ikon: ¿qué es lo que ocurrió?

Los más observadores, se habrán percatado de las fechas de inicio y final de producción de los modelos reflejados en la lista de más arriba: por un lado la mayoría de los modelos tenían una vida muy corta, de no más de seis años, pero por otro, algunos como la Professional, la Super Electronic y la Hologon tuvieron una vida de entre dos y tres años, una vida que termina más o menos abruptamente en 1972 y ello por una razón muy sencilla y dramática: tras dificultades financieras muy graves ya desde mediados de los años sesenta, la compañía había quebrado y cesa en la producción de cámaras. Y la Contarex, el máximo orgullo de Zeiss Ikon había sido su Némesis, o al menos una de las razones para esa catástrofe. Analizando con detalle, se comprueba que los costes de las líneas de Contax y Contarex superaron siempre los ingresos. Los ingenieros de Zeiss Ikon, se apresuraron en desarrollar modelo tras modelo de Contarex sin medir el tamaño real del mercado para ese tipo de producto tan enormemente perfecto pero tan costoso.

Contarex: objetivo, indicador de aberturas de diafragma, y rueda de control
Sistemas únicos en la época, acabados sublimes, costes de desarrollo y producción desmesurados…

Los analistas pueden encontrar otras muchas razones y uno puede caer tanto en la tentación de elaborar en exceso como en la de hacerlo con simplismo. Pero al parecer la realidad es que el empeño –un tanto germánicamente orgulloso– de querer hacer simplemente los mejores productos en absoluto, sin controlar costes de desarrollo y producción, se juntaron con dos factores adicionales: uno de ellos fue mantener un gigantesco catálogo de líneas de cámaras y marcas que en ocasiones competían entre si, y el otro que…¡llegaban las cámaras japonesas! De entre ellas, las réflex mejor fabricadas, como podían ser las Asahi Pentax (1957), las Canonflex (1959), las Minolta SR (1958), las Nikon F (1959), e incluso la Topcon RE Super –que en 1963 fue la primera SLR con medición TTL–, por poner solo unos ejemplos, eran menos costosas, más ligeras, igual o más fiables (por ser menos complejas) y aportaban soluciones ingeniosas, apoyadas por ópticas que a la hora de la verdad, rendían muy, pero que muy bien.

Al igual que pasó con Detroit y el automóvil, siempre se dijo que los japoneses habían sufrido una terrible derrota militar en la guerra, pero la ganaron años después, comercialmente. Entre otros bienes de consumo, con coches y cámaras. Y como es sabido, las ópticas Zeiss y Voigtländer actuales, están en gran parte en manos de Cosina, Japón. Pero aunque se trata de una historia triste, han quedado para la historia, auténticos monumentos fotográficos como las Contax o las Contarex, y sin embargo viven los objetivos Carl Zeiss, ahora Zeiss. Y es que –para cualquier sistema, las ópticas son –siempre– clave.

Contarex: epítome del máximo desarrollo de una SLR en los años cincuenta..."costase lo que costase".
Contarex: epítome del máximo desarrollo de una SLR en los años cincuenta…”costase lo que costase”.

Nota: todas las imágenes, salvo indicación en contra, © Valentín Sama / Albedo Media, S.L.

(*) Puede observarse el desgaste producido en la pintura del grabado “Contarex”, que se refleja también en el del logotipo “Zeiss Ikon” en el otro extremo de la cámara. Ello demuestra que esta cámara ha sido muy usada y no abusada. En las cámaras clásicas resulta fácil restaurar ese color negro (también el rojo y el blanco) de forma reversible, pero en este caso no lo hemos hecho, como homenaje a su dueño original. La limpieza, igualmente, pensamos debe detenerse allí donde “el paso siguiente” puede, bien suponer un empleo de tiempo excesivo, bien hacer que se corra el riesgo de filtración de fluidos de limpieza.

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